Por Venancio Acosta Padrón
En la “Calzada de Tejegüete”, muy cerca de las antiguas albercas del mismo nombre y en los aledaños del caserío de Tiñor, los vecinos de los pueblos de El Norte, ceden la custodia de la Imagen a los vecinos de la Villa.
Pocos metros después, durante el recorrido de la Bajada la comitiva abandona el camino para internarse en propiedades privadas, lugar por donde transcurría la vereda, antes de construirse el camino, y que recuperará unos metros antes de llegar a Tiñor. En este pueblo, ya al final del día, habrá una parada en su pequeña plaza, donde esperan los vecinos que por legitimo impedimento no han podido acompañar a la Imagen durante el recorrido.
Una vez reiniciado el camino, trascurre por el antiguo camino, en la actualidad alterado por la construcción de la nueva carretera, y que al llegar a los altos de la caldera será abandonado para subir a su cima y desde allí divisar las casas de la Villa.
El camino a partir de este momento transcurre por fincas privadas, por los altos de Ajares, hasta llegar a las inmediaciones del cementerio de la Villa, donde la Imagen es recibida por la Corporación municipal y demás autoridades y el alcalde le impondrá el bastón de mando del municipio.
La Imagen continuará hasta la Iglesia a hombros de miembros de la Corporación Municipal, por las calles de la Villa, donde la tradición marca una parada, frente a la antigua ermita de san Juan, hoy desaparecida.
Con la noche cerrada la Imagen llega a la Iglesia Matriz, donde será recibida por el Clero insular que la conducirá a través del templo hasta el altar mayor, habiéndose cumplido de esta manera la primera parte del Voto, realizado por los herreños en 1741.
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