Por Venancio Acosta Padrón.
En los últimos meses, en que se
ha desarrollado en las costas de El Hierro, a pocos metros de la costa una
erupción volcánica submarina, hemos visto como nos han visitado numerosos
periodistas de un gran número de medios de comunicación y han transmitido en
directo como se ha desarrollado la erupción y como se ha desenvuelto la vida de
los herreños, generalmente en relación con el fenómeno volcánico.
Por diversas razones la imagen
que se ha trasmitido de la Isla de El Hierro, ha sido de crisis total y de una isla tenebrosa donde es muy peligroso
acercarse. Se da la noticia de los movimientos sísmicos, muchos miles, como si
la isla estuviera temblando continuamente, cuando la realidad es que han sido
pocos los movimientos sísmicos que ha percibido la población y que se redujeron
a un corto periodo de tiempo, hace ya más de un mes.
Pero la realidad es que lo que
está desarrollándose en la Isla de El Hierro, es un fenómeno volcánico, que no
ha representado ningún peligro para la población, más alla de la imposibilidad
del uso de la zona marítima cercana a La Restinga.
En definitiva los posibles
visitantes de El Hierro, se han perdido en estos meses la posibilidad de
observar un fenómeno natural, que por su rareza difícilmente se podrá observar
en el espacio de vida de una persona. Los llamativos colores que se pueden
observar en el agua, desde el color marrón, verde o el azul turquesa de los
mares del Caribe que se ha podido observar hoy (12-02-2012), el burbujeo que se
divisa desde la carretera de acceso a La Restinga y asimismo la posibilidad de
ver el material magnatico humeante que asciende desde el punto de emisión de la
lava hasta la superficie del mar.
Por ello, la Isla de El Hierro,
debería ser en estos momentos un lugar donde los visitantes podrían contemplar
sin peligro alguno el importante fenómeno volcánico submarino, y el espectáculo
que como consecuencia se genera en la superficie del océano frente al pueblo de
La Restinga.
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